jueves, 26 de abril de 2012

Ricardo Palma --El otro libertador ---Videos





miércoles, 25 de abril de 2012

Ricardo Palma (biografía) -- Hombres de Bronce








Ricardo Palma
1833 - 1919
Tradicionista, Escritor y periodista
FotoRicardo Palma
Biografia

Nació en Lima, Perú, el 7 de febrero de 1833.
Hijo de familia humilde, realizó sus estudios en el Colegio de Noel, el Colegio de Orengo y el Convictorio de San Carlos, donde al parecer fue alumno externo.



 En 1848 empezó su carrera literaria, según propia confesión, formando parte del grupo que después él mismo denominaría "La bohemia de mi tiempo". Comenzó escribiendo poesía, a la vez que ejercía el periodismo en diversas publicaciones periódicas (la mayoría de existencia efímera) como redactor o crítico de espectáculos, para lo cual usó múltiples seudónimos.

Estudió Leyes en la Universidad Mayor de San Marcos.
Tras probar el género histórico con el libro Corona patriótica (1853), Palma empezó a componer de relatos breves de diversa índole, desde el ensayo costumbrista al romance histórico, que serían el germen de sus posteriores Tradiciones peruanas. 


En 1853 pasó a formar parte del Cuerpo Político de la Armada Peruana como oficial tercero, correspondiéndole prestar servicio en la goleta Libertad, el bergantín Almirante Guisse, el transporte Rímac (donde estuvo a punto de morir a consecuencia del naufragio de la nave en marzo de 1855) y el vapor Loa.



 En 1857 fue separado momentáneamente del ejercicio de su cargo por haber secundado la sublevación del general Ignacio de Vivanco contra el gobierno de Castilla, pero su participación política más importante se produjo en 1860, con ocasión del frustrado asalto a la casa del presidente ejecutado por un grupo de civiles y militares de tendencia liberal, liderados por José Gálvez. 

Tras el fracaso del intento golpista, Palma se embarcó rumbo a Chile y llegó a Valparaíso los últimos días de 1860.



 Durante su permanencia en esta ciudad, el escritor frecuentó los salones literarios y perteneció a la Sociedad Amigos de la Ilustración, colaborando en la Revista del Pacífico y la Revista de Sudamérica, de la cual llegó a ser redactor principal.


 En agosto de 1863, luego de ser amnistiado, emprendió el regreso al Perú.
En 1863 publicó "Anales de la Inquisición en Lima" y a partir de este año comenzaron a ser leídas sus "Tradiciones peruanas". 


En julio de 1864 fue nombrado cónsul en el Pará, pero parece que no llegó a ejercer el cargo, solicitando y obteniendo una licencia que empleó en viajar por Europa.



 En 1865 regresó al Perú para ponerse a órdenes del gobierno, que se encontraba en conflicto con España, participando en el combate del Callao del 2 de mayo de 1866 como asistente de José Gálvez.


 Al año siguiente intervino en la sublevación del coronel José Balta y, cuando Balta fue elegido presidente en 1868, lo nombró secretario particular; fue además elegido senador por la provincia de Loreto. 


Tras el asesinato de Balta en 1872, Palma se retiró a la política para dedicarse exclusivamente a la literatura. El mismo año publicó la primera serie de sus diarios, biblioteca.Tradiciones peruanas.

En 1872 publicó las primeras "Tradiciones peruanas", recopilación de las que habían aparecido en diarios y revistas hasta entonces.


Cuando en 1879 se declaró la guerra con Chile, Palma ya era uno de los literatos más reconocidos del continente americano y colaborador frecuente de las principales publicaciones literarias sudamericanas.



 Durante la guerra participó en la defensa de la capital peruana. En 1881, las tropas de ocupación incendiaron su casa ubicada en el balneario de Miraflores, con lo que perdió su biblioteca personal, el manuscrito de su novela Los Marañones y sus memorias del gobierno de Balta. 

Por encargo del Presidente presidente Miguel Iglesias aceptó la dirección de la Biblioteca Nacional del Perú, que se encontraba destruida como consecuencia de la guerra.



 El 28 de julio de 1884 Palma logró inaugurar la nueva Biblioteca Nacional del Perú de la cual fue Director desde 1884 hasta 1912.

Falleció en Miraflores el 6 de octubre de 1919.
BibliografiaLibros de Poesía
Poesías (1855), Armonías. Libro de un desterrado (1865), Pasionarias(1870), Verbos y gerundios (1877) y Enrique Heine. Traducciones (1886).
Posteriormente publicó su poema A San Martín (1890), que originó una protesta del gobierno chileno por considerarlo ofensivo a ese país. Su último libro de versos fue Filigranas. Aguinaldo a mis amigos (1892).

Poesías (1887)
Reedicción de gran parte de su obra poética, que llevó como introducción el estudio "La bohemia limeña de 1848 a 1860. Confidencias literarias".

Trabajos históricos

Anales de la Inquisición de Lima (1863), el polémico Monteagudo y Sánchez Carrión. Páginas de la historia de la independencia (1877) y su Refutación a un compendio de historia del Perú (1886)

Trabajos literarios
Su labor como principal gestor y presidente de la Academia Peruana de la Lengua desde el 5 de mayo de 1887 está representada por los Anales de la Academia Correspondiente de la Real Española en el Perú (1887), y especialmente por sus valiosas sugerencias a favor de la admisión de nuevos vocablos contenidas en sus libros Neologismos y americanismos(1896) y Papeletas lexicográficas (1903).

Tradiciones peruanas
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Las Tradiciones peruanas, son relatos construidos a partir de hechos históricos o anécdotas populares de carácter ligero y burlesco que constituyen un género literario particular.
 Aunque Palma había escrito los primeros de estos relatos antes de su destierro a Chile, sólo varios años más tarde se decidió a editar la primera serie de sus Tradiciones (1872).

A este volumen le seguirían varias series de Tradiciones.
Tras su muerte, las hijas del escritor llevaron a cabo una edición definitiva de las Tradiciones peruanas que contó con el auspicio del gobierno peruano (6 vols., 1923-25).

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Cien tradiciones peruanas
Páginas: XLV + 532
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Un Viaje


"Mi partida es forzosa: que bien sabes que si pudiera yo no me partiera".(Lope de Vega)
   
                                                               

El niño Goyito está de viaje. El niño Goyito va a cumplir cincuenta y dos años; pero cuando salió del vientre de su madre le llamaron niño Goyito; y niño Goyito le llaman hoy, y niño Goyito le llamarán treinta años más, porque hay muchas gentes que van al panteón como salieron del vientre de su madre.

Este niño Goyito, que en cualquier otra parte sería un don Gregorión de buen tamaño, ha estado recibiendo por tres años enteros cartas de Chile en que le avisan que es forzoso que se transporte a aquel país a arreglar ciertos negocios interesantísimos de familia que han quedado embrollados con la muerte súbita de un deudo.
 Los tres años los consumió la discreción gregoriana en considerar cómo se contestarían estas cartas y cómo se efectuaría este viaje.
 El buen hombre no podía decidirse ni a uno ni a otro. Pero el correspoinsal menudeaba sus instancias; y ya fue preciso consultarse con el profesor, y con el médico, y con los amigos. Pues, señor, asunto concluido: el niño Goyito se va a Chile.
La noticia corrió por toda la parentela, dio conversación y quehaceres a todos los criados, afanes y devociones a todos los conventos; y convirtió la casa en una Liorna.
 Busca costureras por aquí, sastre por allá, fondista por acullá. Un hacendado de Cañete mandó tejer en Chincha cigarreras. 
La Madre Transverberación del Espíritu Santo se encargó en un convento de una parte de los dulces; Sor María en Gracia, fabricó en otro su buena porción de ellos; la Madre Salomé tomó a su cargo en el suyo las pastillas; una monjita recoleta mandó de regalo un escapulario; otras, dos estampitas; el Padre Florencio de San Pedro corrió con los sorbetes, y se encargaron a distintos manufactores y comisionados sustancias de gallina, botiquín, vinagre de los cuatro ladrones para el mareo, camisas a centenares y pantalón para los días fríos, chaqueta y pantalón para los días templados, chaquetas y pantalones para los días calurosos. En suma, la expedición de Bonaparte a Egipto no tuvo más preparativos.
Seis meses se consumieron en ellos, gracias a la actividad de las niñas (hablo de las hermanitas de Gregorio, la menor de las cuales era su madrina de bautismo), quienes sin embargo del dolor de que se hallaban atravesadas con este viaje, tomaron en un santiamén todas las providencias del caso.
Vamos al buque. Y ¿Quién verá si este buque es bueno o malo? ¡Válgame Dios! ¡Qué conflicto! ¿Se le ocurriá al Inglés don Jorge, que vivie en los altos? Ni pensarlo; las hermanitas dicen que es un bárbaro capaz de embarcarse en un zapato. 
Un catalán pulpero, que ha navegado de condestable en la Esmeralda, es, por fin, el perito. Le costean caballo, va al Callao, practica su reconocimiento y vuelve diciendo que el barco es bueno; y que don Goyito irá tan seguro como en un navío de la Real Armada. Con esta noticia calma la inquietud.
Despedidas. La calesa trajina por todo Lima ¿Conque se nos va usted? ¿Conque se decide usted a embarcarse? ... ¡Buen valorazo! Don Gregorio se ofrece a la disposición de todos: se le bañan los ojos en lágrimas a cada abrazo.
 Encarga que le encomienden a Dios. A él le encargan jamones, dulces, lenguas y cobranzas. Y ni a él le encomienda nadie a Dios, ni él se vuelve a acordar de los jamones, de los dulces, de las lenguas ni de las cobranzas.
Llega el día de la partida. ¡Qué bulla! ¡Qué jarana! ¡Qué Babilonia! Baúles en el patio, cajones en el dormitorio, colchones en el zaguán, diluvios de canastos por todas partes. Todo sale, por fin, y todo se embarca, aunque con bastantes trabajos.
 Marcha don Gregorio, acompañado de una numerosa caterva, a la que pertenecen también, con pendones y cordón de San Francisco de Paula, las amantes hermanitas, que sólo por el buen hermano pudieron hacer el horrendo sacrificio de ir por primera vez al Callao.
 Las infelices no se quitan el pañuelo de los ojos, y lo mismo le sucede al viajero. Se acerca la hora del embarque, y se agravan los soponcios. ¿Si nos volvemos a ver? ... Por fin, es forzoso partir; el bote aguarda. Va la comitiva al muelle: abrazos generales, sollozos, los amigos separan a los hermanos: "¡Adiós hermanitas mías!" "¡Adiós, Goyito de mi corazón! La alma de mi mamá Chombita te lleve con bien".
Este viaje ha sido un acontecimiento notable en la familia; ha fijado una época de eterna recordación; la constituido una era, con la cristiana, como la de la Hégira, como la de la fundación de Roma, como el Diluvio Universal, como la era de Nabonasar.
Se pregunta en la tertulia: - ¿Cuánto tiempo lleva Fulana de casada? - Aguarde usted. Fulana se casó estando Goyito para ir a Chile... - ¿Cuánto tiempo hace que murió el guardián de tal convento? - Yo le diré a usted; al padre guardián le estaban tocando las agonías al otro día del embarque de Goyito.
 Me acuerdo todavía que se las recé, estando enferma en cama de resultas del viaje al Callao... - ¿Qué edad tiene aquel jovencito? - Déjeme usted recordar. Nació en el año de ... Mire usted, este cálculo es más seguro, son habas contadas: cuando recibimos la primera carta de Goyito estaba mudando de dientes. Conque, saque usted la cuenta...
Así viajaban nuestros abuelos; así viajarían si se determinasen a viajar, muchos de la generación que acaba, y muchos de la generación actual, que conservan el tipo de los tiempos del Virrey Avilés, y ni aún así viajarían otros, por no viajar de ningún modo.
Pero las revoluciones, hacen del hombre, a fuerza de sacudirlo y pelotearlo, el mueble más liviano y portátil; y los infelices que desde la infancia las han tenido por atmósfera, han sacado de ellas, en medio de mil males, el corto beneficio siquiera de una gran facilidad locomotiva.
 La salud, o los negocios, o cualesquiera otras circunstancias aconsejan un viaje. A ver los periódicos. Buques para Chile. -Señor consignatario, ¿hay camarote? -Bien- ¿Es velero el bergantín? -Magnífico. -¿Pasaje? -Tanto más cuanto. -Estamos convencidos.
-Chica, acomódame una docena de camisas y un almofrez. Esta ligera apuntación al abogado, esta otra al procurador. Cuenta, no te descuides con la lavandera, porque el sábado me voy.
 Cuatro letras por la imprenta, diciendo adiós a los amigos. Eh: llegó el sábado. Un abrazo a la mujer, un par de besos a los chicos y agur.
 Dentro de un par de meses estoy de vuelta. Así me han enseñado a viajar, mal de mi grado, y así me ausento, lectores míos, dentro de muy pocos días.
Este y no otro es el motivo de daros mi segundo número antes que paguen sueldos.
No quisiera emprender este viaje; pero es forzoso. No sabéis bien cuánto me cuesta el suspender con esta ausencia mis dulces coloquios con el público.
 Quizá no sucederá otro tanto a la mayor parte de vosotros, que corresponderéis a mi amistosa despedida exclamando: ¡Mal rayo te parta, y nunca más vuelvas a incomodarnos la paciencia! 
En fin, sea lo que fuere, los enemigos y enemigas descansad de mi insoportable tarabilla; preparad vuestros viajes con toda la calma que queráis; hablad de la ópera como os acomode, idos a Amancaes como y cuando os parezca, bailad zamacueca y taco tendido, a roso y velloso, a troche y moche, a banderas desplegadas; haced cuanta tontería os venga la mente: en suma, aprovechad estos dos meses.
 Los amigos y amigas tened el presente artículo por visita o tarjeta de despedida, y rogad a Dios me dé viento fresco, capitán amable, buena mesa y pronto regreso.



Literatura en el Perú Republicano 
el siglo XIX
introducción
La literatura peruana del siglo XIX es un espacio fundacional en donde se gestan rasgos constitutivos, se consolidan fracturas perdurables del campo cultural y se diseñan líneas centrales que marcarán el devenir.

 No obstante, sigue presentando múltiples territorios inexplorados y amplias zonas superficialmente interpretadas.
Muchos textos literarios de esa etapa constituyen un prueba palpable de la importancia que tuvo esta época en la historia de la literatura peruana. 

Lastima, que la gran mayoría de estos textos, por no decir casi todos, se encuentran esparcidos en las revistas culturales de aquellos años o publicados por partes en los diarios. 

La prensa fue el soporte material privilegiado para la producción literaria decimonónica. Poemas, novelas de folletín, cuadros y artículos de costumbres, tradiciones, obras teatrales, ensayos, se publicaron primero en los periódicos y revistas de la época, solo un porcentaje muy pequeño se reunía y se publicaba, posteriormente, en libro.

El nivel temporal corresponde a lo que fué publicado durante el período de 1780 1879.
El lapso comprendido entre ambos límites abarca la crisis y disolución del régimen colonial (1780 1830), la gestación del orden letrado republicano (1830 1845) y la literatura en la República del Guano o la consolidación del orden letrado republicano (1845 1879).

 Los parámetros temporales comprenden tres fenómenos imbricados: la consolidación de las bases del Estado republicano, la forja del proyecto nacional limeño criollo, y la institucionalización del campo literario.
Estamos ante el periodo menos estudiado de nuestra historia literaria. Los juicios superficiales y las lecturas prejuiciosas no pueden mellar lo incontrastable: el siglo diecinueve configura, mediante el discurso literario y el jurídico-político, las formas y los nudos ideológicos que van a regir nuestros modelos políticos y definir gran parte de nuestro imaginario sociocultural.

 Por ello, entender este periodo de nuestra historia es un asunto crucial e ineludible, no solo para conocer la dinámica del campo literario y las interrelaciones (complementación, oposiciones e hibridaciones entre los tres sistemas identificados por Antonio Cornejo Polar (literatura ilustrada o de elites, literatura en lenguas nativas - quechua, aimara, ashaninka, etcétera- y literatura popular escrita español) sino, incluso, para pensar y enfrentar problemas nacionales aún vigentes (racismo, subalternidad, articulación y conflicto entre la cultura nacional y la global, etcétera).

"Aves sin nido" de Clorinda Matto de Turner
Asimismo, varios estudios recientes nos han mostrado que por primera vez en la historia, mujeres intelectuales participaron en el discurso público del Perú. En sí, su labor fue destacada, ya que cumplían un papel importante en la formación y autodefinición de la nación peruana a partir de las décadas de 1860 y 1870, y sobre todo a partir de la derrota en la Guerra del Pacífico.

La cuzqueña Clorinda Matto de Turner es la que mejor podría representar al período anteriormente mencionado puesto que fue una de las mujeres intelectuales que más se destacó en el proceso modernizador del Perú en el siglo XIX.

Tras la derrota peruana en la Guerra del Pacífico, los literatos de esa época aunaron esfuerzos para que el Perú pudiera salir de la penosa situación que se encontraba. Tanto escritores hombres como mujeres, jugaron un papel fundamental en el resurgimiento de la nación peruana.

 Primero con la palabra, fomentando una esperanza en las futuras generaciones.
Por todo lo dicho anteriormente, el rol que desempeñaron los literatos del siglo diecinueve es más que notable. Una mezcla de literatura, conciencia nacional y apoyo espiritual, fueron las claves para que siempre se recuerden a los escritores que vivieron a lo largo de esos cien años.
Julián M. del Portillo es el primer escritor peruano que asigna el nombre de "novelas" a sus breves composiciones narrativas publicadas en forma de folletín en El Comercio.
«Lima de aquí a cien años» (1843) es el primer texto narrativo ficcional plenamente original escrito por un peruano que se publica por entregas sucesivas en un periódico.

Los mundos representados aluden a la ciudad de Lima y de Cuzco, es el primer texto de carácter futurista con elementos fantásticos en la literatura peruana, y es una narración estructurada sobre la base de epístolas, pero que revela francamente los deseos de modernidad y los imaginarios comerciales de un sector de las elites letradas del periodo.

Aunque podemos encontrar elementos propios de la novela de folletín (manejo del suspenso en función de las unidades de las entregas, conciencia social, intervención de la Providencia para solucionar los conflictos y fin pragmático de carácter político), esta narración escapa parcialmente a los marcos de la novela de folletín porque no existe la lógica argumenta¡ (despojo recuperaciónreconocimiento) ni la lucha esquemática entre el Bien y el Mal representados por personajes.

Literatura Peruana de la Repúblicahistoria
En el Perú que está rapidamente cambiando aparecen varias corrientes literarias bien diferenciadas, que surgen por la influencia europea y los acontecimientos del momento: es el periodo que abarca la crisis y disolución del régimen colonial (1780 1830), la gestación del orden republicano (1830 1845) y su consolidación (1845 1879).
Se reconocen las siguientes corientes literarias:
Estos cien años se inician con el levantamiento de Tupac Amaru II en 1780, siguen con la independencia del 1821 y con el regreso a España del último virrey español en el 1825, la guerra con Chile del 1879


Lima 1870, Calle del Corrreo
La literatura de la emancipación
Abarca aproximadamente a fines del siglo XVIII e inicios del siglo XIX (1780 a 1826 d.C)

A fines del siglo XVIII, América se vio influenciada por los ideales de libertad, igualdad y fraternidad de Europa de ese tiempo (como los hechos de la Revolución Francesa).
 Estallan los movimientos independentistas en nuestro continente. El Perú no es ajeno a esta inquietud, por lo que se iniciaron movimientos revolucionarios contra la Corona, como la revolución de Túpac Amaru II en 1780.

En 1790 nace Mariano Melgar (arequipeño).
En 1811 se editarán por primera vez los diarios El Peruano y El Comercio.
En 1815 se producirán dos batallas decisivas para la libertad del Perú: la batalla de Junín y la batalla de Ayacucho.
El 15 de julio de 1821 se firmó ya el acta de independencia, y el 28 del mismo mes se celebró la independencia.

Los primeros atisbos de vida republicana formal se ven en la creación del primer Congreso Constituyente en 1822 y la primera constitución ese mismo año, de corte liberal.

En el año 1825 a raíz de todo esto ya los españoles con el último Virrey regresarían a España.
Los movimientos sociales de rebeldía y liberación fueron estimulados por la expresión de intelectuales de la época como José Baquíjano y Carrillo, Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, José Faustino Sánchez Carrión e Hipólito Unanue Pavón.

 Por otro lado, las ideas liberales difundidas a través de "El Mercurio Peruano" acrecentaron el sentimiento emancipador.


Este importante órgano de prensa que circulaba a nivel continental era editado por la "Sociedad de Amantes del País", entidad que incorporaba en su seno a las personalidades mencionadas anteriormente. En sus páginas se analizaba la realidad nacional, se debatía el rol del intelectual y se estimulaba el trabajo científico.

Los máximos representantes de la literatura de esta época son Mariano Melgar, José Faustino Sánchez Carrión y José Joaquín Olmedo. Ellos estuvieron íntimamente ligados a la lucha por la independencia. Mariano Melgar murió en la insurrección de los hermanos Angulo y del Brigadier Mateo Pumacahua.

 José Faustino Sánchez Carrión por sus ideas liberales y fervor por la libertad le valieron del Virrey la pena del destierro de la capital, cuando San Martín comenzó a fomentar las ideas monárquicas, él se puso abiertamente en favor del sistema de gobierno republicano, e invitó a Bolívar a venir al Perú a continuar el proceso de independencia. 

José Joaquín Olmedo escribe su obra principal "La victoria de Junín, Canto a Bolívar", celebrando una de las batallas que sellaron nuestra independencia.
El costumbrismo

El costumbrismo abarcó el período de las luchas políticas, el caudillismo y las dictaduras.

 Es una corriente literaria que se expresa en el Perú en la primera etapa de la vida republicana.

 En estos años hay una confrontación política y social entre liberales y conservadores.

 La literatura recoge, en parte, la discrepancia y debate ideológico entre estos grupos en la definición de nuestro destino como nación.

El costumbrismo, en el Perú, procede de España y lo refleja en su desarrollo.

 Se caracteriza por la descripción de usos, costumbres, modos de vida y personajes típicos de la época: educación, formas de vestir, diversión, gobierno, empleocracia, vida social, etc.

Se cultivó la poesía, el teatro y el periodismo con lenguaje claro, sencillo y mordaz. A través del tono crítico, burlón, satírico e irónico se manifiestan dos posiciones: la que busca una nueva sociedad democrática y la que añora el pasado, rechazando el cambio. La vena humorística y punzante que se manifiesta en esta época tiene como antecedente a Juan del Valle Caviedes.
Representantes de esta corriente son Felipe Pardo y Aliaga y Manuel Ascensio Segura. El primero es nostálgico, tradicional y conservador porque añora la presencia de España; el segundo, espontáneo y nacional por los temas en que se inspira y por el tratamiento que les da.
Fue un movimiento realista, con descripciones de dicha realidad con manifestaciones satíricas y humorísticas.
 Los principales representantes son :
  • Felipe Pardo y Aliaga, cuyas principales obras son las comedias como: "Frutos de la Educación", "Don Leocadio", "El Aniversario de Ayacucho" y "Una huérfana en Chorrillos".
  • Manuel Ascencio Segura, considerado el padre del teatro peruano, fue autor de artículos costumbristas, poesía satírica y comedias, entre las que destacan La Palimueriada, El Sargento Canuto, Ñacatita, Las Tres Viudas, La Pepa, Lances de Amancaes, etc.

El Romanticismo
 
Este movimiento literario, que tuvo tanta importancia en Europa, especialmente en Francia, surgió en el Perú en 1854. Es una corriente literaria que nos viene, con cierto retraso, desde Europa. Su esencia, su contenido, su energía no tienen la misma intensidad y pasión de la escuela europea.

El romanticismo se caracteriza por el predominio del sentimiento sobre la razón. Destaca el tono intimista, espontáneo, amoroso y grandilocuente. Esta literatura aún mantiene la imitación a España, pero ya se aprecia cierto sentimiento nacionalista y protesta contra aquel país, lo cual se logra con la aparición de un nuevo genero literario: las tradiciones.

Los románticos de esta época viven dos hechos históricos para el país: la guerra contra España y contra Chile. Estas experiencias se expresan también con un estilo y lenguaje probios. Hay una seria búsqueda de lo nacional y el trabajo literario se efectúa con disciplina, en concordancia con el buen concepto que tenían del escritor.

Los exponentes del romanticismo en el Perú fueron Carlos Augusto Salaverry, Luis Benjamín Cisneros, Arnaldo Vásquez, Manuel Nicolás Corpancho y Ricardo Palma.

Destacan Carlos Augusto Salaverry, que emerge como un exponente de singular voz lírica y Ricardo Palma, que inaugura una literatura nacional a través de sus famosas Tradiciones.
Los temas utilizados en las obras románticss fueron: la exaltación de todo lo nacional, la exaltación del amor y los sentimientos personales; la desolación, la soledad, la incomprensión, el desengaño y la muerte.

 Los representantes más importantes del romanticismo son:
  • Carlos Augusto Salaverry
  • Ricardo Palma
  • Manuel Nicolás Corpancho
  • José Arnaldo Márquez
  • Luis Benjamín Cisneros
  • Pedro Paz Soldán y Unanue (Juan de Arona).
El Realismo

Esta corriente literaria surgió en el Perú a fines del siglo XIX.
Es una corriente literaria que se originó en Francia, en las últimas décadas del siglo XIX. Se inicia, en el Perú, cuando estábamos sumidos en el dolor que nos causó la guerra con Chile.

 No sólo estábamos en crisis por las consecuencias funestas de la guerra, sino que exhibíamos cierta descomposición política y moral.

La literatura realista, en nuestro país, levantó los ánimos de los escombros, hizo análisis y planteamientos político-doctrinarios, cuestionó el sistema imperante y criticó el comportamiento de los caudillos militares. Sobre sale más el ensayo y la novela.

El pensamiento nacionalista y el afán renovador caracterizan a esta escuela. Brinda testimonio de los problemas del país, visualiza sus causas y propone alternativas.

Conspicuos representantes de esta tendencia fueron Mercedes Cabello de Carbonera (Sacrificio y Recompensa, El Conspirador),Manuel Gonzáles Prada (Pájinas Libres, Horas de Lucha),Clorinda Matto de Turner (Aves sin Nido), Teresa Gonzáles de Fanning, Abelardo Gamarra.

 En esta época, la mujer desempeñó un papel muy importante. De todos ellos, el mayor exponente, de talla hispanoamericana, es el intelectual clásico Manuel Gonzáles Prada.

 La crisis que surgió después de la guerra con Chile, tuvo como consecuencia en la literatura una actitud reflexiva, analítica y de crítica abierta. 

 Los principales representantes fueron:

Los españoles , conquistadores , exploradores y predicadores


Pedro Cieza de León
1520 - 1554
cronicista
1525?-1618?
cronicista
Cristobal de Molina
1529 - 1585
cronicista
Alonso de Bárcena
1528 - 1598
linguista
Pedro Sarmiento de Gamboa
1532 - 1592
historiador
Blas Valera Pérez (mestizo)
1545 - 1618
cronicista
Pablo José de Arriaga
1564 - 1622
cronicista
Diego de Hojeda
1570 - 1615
poeta
Giovanni Anello Oliva1574 - 1642
cronicista
Bernabé Cobo
1580 - 1657
naturalista
FotoImágen desde el codice Murúa
“Entre los españoles del Cusco que dominaban perfectamente y “con galanía” el quechua, conviviendo estrechamente con la nobleza incaica y simpatizando con ella citaré a los dos confesores de Túpac Amaru, el clérigo Cristóbal de Molina y el jesuita Alonso de Barzana, o también el famoso jesuita Blas Valera. Avanzo la hipótesis que uno de ellos pudo ser el autor de los poemas en quechua del manuscrito de Loyola.”

Itier, C. [1987] A propósito de los dos poemas en quechua de la crónica de fray Martín de Murúa.


BiografiaPedro Cieza de León

Pedro Cieza de León (Llerena, España 1520 - Sevilla, España 1554) fue conquistador, pero sobre todo cronista e historiador, del Perú. Escribió una Crónica del Perú en tres partes, de las que sólo la primera se publicó en vida de su autor, quedando inéditas las otras dos hasta los siglos XIX y XX respectivamente.

En América y sobre todo en Cartagena de Indias desempeñó una gran actividad en expediciones, fundaciones, encomiendas gubernamentales y otros cargos, aunque quizás su obra principal y por lo que es un personaje interesante, sea la crónica y el ambicioso proyecto de una historia del Perú.


Regresó a España en 1551 y se casó en Sevilla con una mujer llamada Isabel López. En esta ciudad publicó en 1553 la Primera parte de la crónica del Perú.



 Murió al año siguiente dejando una obra inédita que llegó a publicarse en el año 1871, bajo el título de Segunda parte de la crónica del Perú, que trata del señorío de los incas yupangueis y de sus grandes hechos y gobernación.


 En 1909 se publicó la tercera parte de sus crónicas con el título de Tercer libro de las guerras civiles del Perú, el cual se llama la guerra de Quito.

Aunque su obra es histórica, y narra los acontecimientos de la conquista, y de las guerras entre los españoles, su mayor importancia radica en la profundidad con que trata los temas de geografía, etnografía, flora y fauna, siendo el primero que describió algunas especies animales y vegetales.


Fray Martín de Murúa

Fray Martín de Murúa es un cronista de quien no se tiene muchos datos.
Vasco, se presume que nació en Azpetia; alguien lo hace paisano de San Ignacio de Loyola.


Lo que sabemos de él en tierras peruanas es que fue comendador del pueblo de Yanaca, de la provincia de Angaraes.



 Que fue fraile doctrinero de Guamán Poma de Ayala, quien lo acusa de haber tratado de birlarle la mujer. Que su ministerio lo llevó por tierras de Puno y del Lago: fue cura vicario de Capachica y Aymaraes.


 Que gran parte de su crónica la escribió en el convento de La Merced, del Cusco. Que la terminó entre temblores, cenizas y oscuridades, en Arequipa, cuando la reventazón del Huaynaputina, el año de 1600.

En 1614 se hallaba en Córdoba del Tucumán y Buenos Aires. Y, finalmente, en 1616, lo encontramos muy atareado en Madrid.


Murúa llegó a Madrid en 1616, donde pidió licencia para publicar su "crónica, que traía dibujos groseramente pintados de los Incas y Coyas y de las armas y costumbres," obra cuyo título era Historia General de los Quipus de los Indios y otras antigüedades del Perú, se dice, muy distinta de su Historia de los Incas.


Cristobal de Molina

Cristobal De Molina (1529-1585) (El Cuzqueño) es el autor del siglo XVI que mejor describió la religión incaica.
Nació en Baeza, Jaen (España).
El obispo del Cusco, Sebastián Lartaún, le pidió que escribiera la Relación de las fábulas y ritos de los incas. También por mandato del obispo, escribió una Historia de los incas, de la cual no hay noticia hasta ahora.


Gran conocedor de la lengua quechua, Molina sirvió como visitador en varias misiones de carácter administrativo y religioso. Y durante dos décadas predicó en quechua en la ciudad del Cusco a las masas indígenas, transmitiéndoles los rudimentos de la doctrina cristiana.


Estuvo presente en el Tercer Concilio Limense como especialista y traductor de los textos conciliares. Su autoridad en la materia era indiscutible.


Muchos autores recurrieron a sus textos para describir las tradiciones religiosas y rituales de los incas. 



Y entre los más notables, menciónese al padre Bernabé Cobo que llenó generosamente su Historia del Nuevo Mundo (1653) con sendas páginas hurgadas en los papeles de Molina.


Alonso de Bárcena (o Barzana)

Alonso de Bárcena, natural de Baeza en Andalucía, España, nació en 1528; murió en Cuzco, Perú, el 15 de Enero 1598.
Se hizo jesuita en 1565, y estuvo en París en 1569.


Fue primeramente destinado a las misiones del interior, por lo cual fue ordenado (1577) en Juli, a orillas del Lago Titicaca en el sur del Perú. Fue uno de los fundadores de esta importante misión.



 Bárcena permaneció en Bolivia Central por once años, hasta que el Provincial Atienza lo envió a Tucumán en Argentina. Su trabajo entre varias tribus de la región y de Paraguay continuó hasta 1593, cuando fue nombrado Comisario de la Inquisición de aquellas provincias.

Exhausto físicamente de su larga y ardua labor, Bárcena murió en Cuzco, Perú.
Dominó once lenguas indígenas y escribió gramáticas, vocabularios y catecismos en la mayoría de ellas.



 Estos manuscritos posiblemente se encuentran aún en los archivos de Lima.
Estando en el Cusco en 1572, catequizó a Tupac Amaru, el último inca, condenado a muerte por el virrey Toledo.


 En 1573 fue uno de los fundadores del colegio de La Paz. En 1574 predicó en Arequipa y Potosí, en quechua, y en 1575 en aymara en la zona del lago Titicaca, en Chucuito y en La Paz.

Pedro Sarmiento de Gamboa

Pedro Sarmiento de Gamboa (1532-1592) es una de las figuras más sobresalientes del siglo XVI hispano. Navegante, cosmógrafo, matemático, soldado, historiador y estudioso de las lenguas clásicas, participó en la expedición de Alvaro de Mendaña que descubrió las Islas Salomón, pero su nombre ha quedado unido para siempre al Estrecho de Magallanes, donde viajó en dos ocasiones y fue nombrado gobernador y capitán general de esas tierras. 


De tales viajes y del desgraciado intento de poblar las regiones australes, dejó cumplida constancia en sus escritos y memoriales.

     Los avatares de su vida aventurera están, en ocasiones, difuminados por el tiempo y la falta de documentación, y así no es posible establecer con certeza ni su lugar de nacimiento (¿Alcalá de Henares? ¿Pontevedra?) ni las universidades donde cursó sus estudios.



 Tampoco puede afirmarse con seguridad que participara en las guerras de Flandes o del Milanesado ante de pasar al virreinato de la Nueva España, alrededor del año 1555.


 Un primer altercado con la justicia, le hizó huir al Perú en 1557, donde algunos años después volvería a ser acusado por el Santo Oficio en dos ocasiones.

     A partir de su nombramiento como capitán de una de las naves de expedición de Mendaña (1567), el rastro de su vida puede seguirse con mayor certeza.



 Entra al servicio del Virrey Toledo, participa en la Visita General que éste ordena (1570-1575).

Se desata la guerra contra el inca rebelde Túpac Amaru y Sarmiento participará como alférez y secretario de la expedición.



 Los españoles, comandados por Martín Hurtado de Arbieto, sumaban 250 soldados bien pertrechados con armas y caballos, un escogido número de veteranos capitanes, además de dos mil indios al mando de dos caciques amigos de los españoles que ya les habían apoyado en otras ocasiones, partían desde Cuzco a mediados de abril de 1572.

Después de serios enfrentamientos entre indígenas y españoles, al fin estos vencían y apresaban a Inca Tupac Amarú y a todos sus generales. El 24 de septiembre de 1572 estos eran ahorcados en la plaza de Cuzco y el Inca sería degollado.


Posteriormente realiza sus viajes al Estrecho (1579-1580, 1581-1586), es capturado por corsarios ingleses frente a las Azores cuando volvía a España buscando ayuda para las poblaciones establecidas en el Estrecho, y es trasladado a Londres.


     Tras ser liberado por la reina Isabel, en su camino de vuelta es apresado por hugonotes franceses y permanece tres años en prisión hasta que logra pagar su recate (1590). Regresa, por fin, a España y es recibido por Felipe II en El Escorial.



 Poco después es nombrado Almirante de la armada encargada de escoltar las naves que traen el oro y la plata de América, y en uno de sus barcos moriría en julio de 1592, frente a las costas de Lisboa.

Además de “Historia de los Incas” y Viaje al Estrecho de Magallanes, Sarmiento de Gamboa fue prolífico escritor en informes, memoriales, cartas y otros documentos de los cuales se conservan algunos en diversas instituciones


Blas Valera

Blas Valera Pérez nació en Chachapoyas el 3 de Febrero de 1545. Sus padres fueron el Conquistador Alonso Valera y su madre la indígena Urpai (sucesivamente bautizada Francisca Pérez, muerta cruelmente 10 años después por su esposo).  Su abuelo, el hampicamayoc (curandero) Illahuanca jugó un rol central en su juventud. 
   
Hizo sus primeros estudios en Trujillo y los prosiguió en Lima.
Ingresó como novicio en la Compañía de Jesús en 1568 y fue posteriormente ordenado en el Cusco en 1573.


Dados sus conocimientos de quechua, participó en las misiones que los jesuitas habían establecido en Huarochirí, importante centro prehispánico de culto que a principios del siglo XVII fue escenario de la más intensa campaña de extirpación de idolatrías, llevada a cabo por Francisco de Ávila.


En Cusco, Blas “el mestizo que se sentía indio”  comienza, motivado por los pensamientos de Ignacio de Loyola, a organizar y dirigir un movimiento neo-inca-cristiano.



 Por sus críticas abiertas frente a los abusos cometidos por el régimen colonial hispano, a partir del 1578,  los Jesuitas resultan más y más bajo presión política, siendo amenazados de su expulsión del Virreinato peruano.

En 1597, en la ciudad de Málaga, la superioridad jesuítica le propone lo siguiente: Expulsión de la Orden, o muerte jurídica.


Blas escoge la “muerte” : “yo padre Blas Valera muerto ficticiamente por orden de quien prefirió la mentira a la verdad, de quien con acusaciones no merecidas llegó casi a expulsarme de la Compañía de Jesús…”.


Poco después, el Padre Blas se escapa, vuelve al Perú y vive durante 19 años en la clandestinidad, apoyado por sus paisanos jesuitas, como Gonzalo Ruiz.



 Se han descubierto varios documentos, donde se hace mención de “un vivo muerto”, rebelde,  llamado “Ruiruruna”. Ruiruruna era el nombre del bisabuelo de Blas.

Últimamente han empezado a circular unos supuestos nuevos datos sobre la biografía de Blas Valera.



 Los más controvertidos tienen que ver con la "Nueva Crónica y Buen Gobierno", de Felipe Guaman Poma de Ayala, que sería en seudónimo utilizado por Valera.

Según la estudiosa Laura Laurencich Minelli, existen tres folios con dibujos en la "Historia et Rudimenta Linguae Piruanorum" que llevan la firma de un "jesuita italiano", Blas Valera.



 Según Minelli, estos dibujos fueron trazados antes de 1618, año en que muere este jesuita mestizo en Alcalá de Henares.

Pablo José de Arriaga

Pablo José de Arriaga, Nacido en Vergara (Vizcaya) en 1564, ingresó en la Compañía de Jesús a los 15 años, viajando cinco despuézs al Perú, donde enseñó retórica y se ordenó sacerdote.


 En 1588 se le nombró Rector del Colegio de San Martín, cargo que desempeñó durante 24 años. Igualmente fue Rector del Colegio de Arequipa entre 16212 y 1615.

En 1622, durante su segundo viaje a España, la Armada en la que viajaba padeció una fuerte tormenta cerca de La Habana, que provocó el naufragio de su barco y su propia muerte.


Su obra principal es la "Extirpación de la idolatría en el Perú" (Lima, 1621), una relación extensa acerca de la religión de los incas escrita desde la óptica misional, con un incalculable valor etnohistórico.


Diego de Hojeda

Diego de Hojeda (Sevilla, 1570 - Huánuco de los Caballeros, Perú, 1615). Marchó muy joven a Indias y en 1591 profesó en el convento de dominicos del Rosario de Lima.

En 1596 escribió versos laudatorios para El Arauco domado de Pedro de Oña. Por esos años debió escribir La Cristiada, poema épico que describe la Pasión de Cristo. 



En 1601 el Capítulo General de su orden le da el título de presentado, es decir, licenciado en Teología, y su trabajo es el de lector de Filosofía y regente de estudios (lo que hoy se diría jefe de estudios), así como de profesor de estudiantes.

En 1606 obtiene el título de doctor en Teología. En 1607 escribe la dedicatoria de La Cristiada y al año siguiente es declarado por su Orden consumado lector de Santo Tomás de Aquino, orador sagrado y poeta insigne en latín y castellano.


En 1609 es elegido prior del convento de su Orden en Cuzco y al año siguiente en el del Rosario de Lima; después se le acepta como maestro. En 1611 aparece en Sevilla, su ciudad natal, por Diego Pérez, la primera edición de La Cristiada.


A partir de 1612 es relevado de sus cargos en la orden a causa de desavenencias con sus superiores motivadas por el escrito del visitador; primero fue confinado como simple monje en el convento de Cuzco, y en el mismo año de su muerte en el de Huánuco de los Caballeros, donde falleció. En 1617 es reconocida su inocencia y se le rehabilita públicamente.


Giovanni Anello Oliva

Giovanni Anello Oliva nació en Nápoles en 1574 de acuerdo a los documentos conservados por los jesuitas y reproducidos recientemente en la colección titulada "Monumenta Peruana" (Vol. VI, pp. 250).


 Otros historiadores, incluso eminentes, escriben que nació en 1572, pero se cree que la fecha especificada en los archivos de la Orden es la correcta.

En 1593 comenzó su noviciado con los jesuitas de su ciudad natal y fue recibido por el futuro general de la Orden, Muzio Vitelleschi.


En 1597, cuando aún era estudiante, fue enviado a Perú con un grupo de siete sacerdotes, dos estudiantes y dos hermanos más pequeños y completó sus estudios en Lima en el Colegio Máximo de San Pablo y, en 1601, finalmente fue ordenado sacerdote.


Posteriormente fué enviado en las alturas de los Andes, a la misión de Juli en la región de Chuquito con la delicada tarea de la evangelización de los indígenas locales.



 En 1625 fue en el "Colegio" jesuita de Chuquisaca y en Cochabamba en 1628 y Misque, pero también había estado en La Paz, Potosí, Oruro y Arequipa, siempre poniendo su apostolado en favor de los nativos.

En 1630, finalmente, regresó a Lima donde permaneció por toda la vida. En 1636 fue llamado a dirigir el Colegio "Jesuita y ocupó este cargo hasta su muerte se produjeron 5 de febrero 1642.


Giovanni Anello Oliva, S.J. finalizó su "Historia del Reino y Provincias del Perú y vida de los varones insignes de la Compañía de Jesús" hacia 1630, siendo editada parcialmente a mediados del siglo XIX en Francia.


 En 1895 apareció la primera edición limeña, cuyo manuscrito recogió sólo el primer libro concebido por el P. Oliva, relativo a la historia incaica.

Oliva tuvo varias fuentes de importancia primordial que, en gran parte, refirió explícitamente.

Su favorita es, por su admisión, la que atribuye a un cierto "Cátari", un anciano "quipocamayo" que decía ser el último descendiente de lectores quipu.



 Desde este antiguo savio Oliva recogió muchas de las leyendas dictada y leyendo directamente desde las curda con nudos (quipu) todavía en posesión de “Cátari”.

Otra fuente importante que Oliva fueron seguramente algunos escritos de Blas Valera que, lamentablemente, no nos llegaron.



 El jesuita italiano cita a un vocabolario escrito por Valera y comentó que habría sido depositado en la biblioteca de su congregación, pero probablemente también tuvo acceso a la historia de los Incas escrita en latín por el jesuita mestizo y que ha sido también perdida.


Tuvo acceso también a varios mapas antiguos que le fueron mostradas por Bartolomé de Cervantes, un sacerdote de Charcas y que define muy importantes, pero que no se mencionan en detalle.


 Ciertamente ha consultado también a Garcilaso de la Vega, Agustín de Zárate, López de Gomar, Antonio de Herrera y Cieza de León, así como una serie de publicaciones en poder de su orden religiosa.

Bernabé Cobo
Bernabé Cobo nació en Lobera (Jaén) en 1580, y marchó a las Indias a los dieciséis años. En 1599 se matriculó en el Colegio de San Martín en Lima, ingresando dos años después como novicio en la Compañía de Jesús, que regentaba el Colegio.


 No hizo sus votos hasta el año 1622.
Realizó numerosos viajes: Antillas, Virreinato del Perú, Nueva España y Centroamérica, y en 1653 completó su monumental Historia del Nuevo Mundo, fruto de una constante y minuciosa labor de ocho lustros. 



Sin embargo, esta descomunal obra quedó inédita y en gran parte se perdió. Por fortuna para la historiografía científica se conservó la primera parte: 14 libros sobre la historia natural de aquellos territorios.

Es importante referir que, de la misma forma que la mayor parte de los cronistas de Indias del siglo anterior, el P. Cobo nos cuenta sus propias observaciones, no refiere noticias de otros.


En su obra Historia del Nuevo Mundo hace importantes aportes a las ciencias naturales, especialmente a la botánica.



 Esta obra fue hallada en la Biblioteca de la Iglesia de San Ocacio en Sevilla en 1893 de la cual sólo se ha podido publicar el primer tomo y parte del segundo. El tercer tomo que trata sobre México no ha sido hallado.


 En el primer tomo es de particular relevancia la descripción detallada que hace del sistema de ceques del Cuzco.
Escribió también la Historia de la fundación de Lima


Bibliografia
Relación de las fábulas y ritos de los incas (1576)
En cuanto a la valoración de la crónica de Molina: "nos legó la mejor síntesis sobre la religión andina prehispánica de corte cusqueño. Y aunque es difícil saber hasta qué punto todos los datos recogidos por la "Relación" se refieren a un ritual andino general, o a prácticas ceremoniales incaicas, lo cierto es que ( ) constituye la mejor guía para viajar por el enmarañado mundo de los gestos simbólicos precolombinos"
Fray Martín de Murúa
Historia General de Perú
Pedro Cieza de León
Crónica del Perú
Pedro Sarmiento de Gamboa
Historia de los Incas
Pablo José de Arriaga
"Extirpación de la idolatría en el Perú" (Lima, 1621)
Relación extensa acerca de la religión de los incas escrita desde la óptica misional, con un incalculable valor etnohistórico.
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Biblioteca digital
Para saber más
Reivindicando a Molina, el cronista 
entrevista con Henrique Urbano
La culpa del cronista peruano Blas Valera
por Laura Laurencich Minelli