miércoles, 25 de abril de 2012

Los españoles , conquistadores , exploradores y predicadores


Pedro Cieza de León
1520 - 1554
cronicista
1525?-1618?
cronicista
Cristobal de Molina
1529 - 1585
cronicista
Alonso de Bárcena
1528 - 1598
linguista
Pedro Sarmiento de Gamboa
1532 - 1592
historiador
Blas Valera Pérez (mestizo)
1545 - 1618
cronicista
Pablo José de Arriaga
1564 - 1622
cronicista
Diego de Hojeda
1570 - 1615
poeta
Giovanni Anello Oliva1574 - 1642
cronicista
Bernabé Cobo
1580 - 1657
naturalista
FotoImágen desde el codice Murúa
“Entre los españoles del Cusco que dominaban perfectamente y “con galanía” el quechua, conviviendo estrechamente con la nobleza incaica y simpatizando con ella citaré a los dos confesores de Túpac Amaru, el clérigo Cristóbal de Molina y el jesuita Alonso de Barzana, o también el famoso jesuita Blas Valera. Avanzo la hipótesis que uno de ellos pudo ser el autor de los poemas en quechua del manuscrito de Loyola.”

Itier, C. [1987] A propósito de los dos poemas en quechua de la crónica de fray Martín de Murúa.


BiografiaPedro Cieza de León

Pedro Cieza de León (Llerena, España 1520 - Sevilla, España 1554) fue conquistador, pero sobre todo cronista e historiador, del Perú. Escribió una Crónica del Perú en tres partes, de las que sólo la primera se publicó en vida de su autor, quedando inéditas las otras dos hasta los siglos XIX y XX respectivamente.

En América y sobre todo en Cartagena de Indias desempeñó una gran actividad en expediciones, fundaciones, encomiendas gubernamentales y otros cargos, aunque quizás su obra principal y por lo que es un personaje interesante, sea la crónica y el ambicioso proyecto de una historia del Perú.


Regresó a España en 1551 y se casó en Sevilla con una mujer llamada Isabel López. En esta ciudad publicó en 1553 la Primera parte de la crónica del Perú.



 Murió al año siguiente dejando una obra inédita que llegó a publicarse en el año 1871, bajo el título de Segunda parte de la crónica del Perú, que trata del señorío de los incas yupangueis y de sus grandes hechos y gobernación.


 En 1909 se publicó la tercera parte de sus crónicas con el título de Tercer libro de las guerras civiles del Perú, el cual se llama la guerra de Quito.

Aunque su obra es histórica, y narra los acontecimientos de la conquista, y de las guerras entre los españoles, su mayor importancia radica en la profundidad con que trata los temas de geografía, etnografía, flora y fauna, siendo el primero que describió algunas especies animales y vegetales.


Fray Martín de Murúa

Fray Martín de Murúa es un cronista de quien no se tiene muchos datos.
Vasco, se presume que nació en Azpetia; alguien lo hace paisano de San Ignacio de Loyola.


Lo que sabemos de él en tierras peruanas es que fue comendador del pueblo de Yanaca, de la provincia de Angaraes.



 Que fue fraile doctrinero de Guamán Poma de Ayala, quien lo acusa de haber tratado de birlarle la mujer. Que su ministerio lo llevó por tierras de Puno y del Lago: fue cura vicario de Capachica y Aymaraes.


 Que gran parte de su crónica la escribió en el convento de La Merced, del Cusco. Que la terminó entre temblores, cenizas y oscuridades, en Arequipa, cuando la reventazón del Huaynaputina, el año de 1600.

En 1614 se hallaba en Córdoba del Tucumán y Buenos Aires. Y, finalmente, en 1616, lo encontramos muy atareado en Madrid.


Murúa llegó a Madrid en 1616, donde pidió licencia para publicar su "crónica, que traía dibujos groseramente pintados de los Incas y Coyas y de las armas y costumbres," obra cuyo título era Historia General de los Quipus de los Indios y otras antigüedades del Perú, se dice, muy distinta de su Historia de los Incas.


Cristobal de Molina

Cristobal De Molina (1529-1585) (El Cuzqueño) es el autor del siglo XVI que mejor describió la religión incaica.
Nació en Baeza, Jaen (España).
El obispo del Cusco, Sebastián Lartaún, le pidió que escribiera la Relación de las fábulas y ritos de los incas. También por mandato del obispo, escribió una Historia de los incas, de la cual no hay noticia hasta ahora.


Gran conocedor de la lengua quechua, Molina sirvió como visitador en varias misiones de carácter administrativo y religioso. Y durante dos décadas predicó en quechua en la ciudad del Cusco a las masas indígenas, transmitiéndoles los rudimentos de la doctrina cristiana.


Estuvo presente en el Tercer Concilio Limense como especialista y traductor de los textos conciliares. Su autoridad en la materia era indiscutible.


Muchos autores recurrieron a sus textos para describir las tradiciones religiosas y rituales de los incas. 



Y entre los más notables, menciónese al padre Bernabé Cobo que llenó generosamente su Historia del Nuevo Mundo (1653) con sendas páginas hurgadas en los papeles de Molina.


Alonso de Bárcena (o Barzana)

Alonso de Bárcena, natural de Baeza en Andalucía, España, nació en 1528; murió en Cuzco, Perú, el 15 de Enero 1598.
Se hizo jesuita en 1565, y estuvo en París en 1569.


Fue primeramente destinado a las misiones del interior, por lo cual fue ordenado (1577) en Juli, a orillas del Lago Titicaca en el sur del Perú. Fue uno de los fundadores de esta importante misión.



 Bárcena permaneció en Bolivia Central por once años, hasta que el Provincial Atienza lo envió a Tucumán en Argentina. Su trabajo entre varias tribus de la región y de Paraguay continuó hasta 1593, cuando fue nombrado Comisario de la Inquisición de aquellas provincias.

Exhausto físicamente de su larga y ardua labor, Bárcena murió en Cuzco, Perú.
Dominó once lenguas indígenas y escribió gramáticas, vocabularios y catecismos en la mayoría de ellas.



 Estos manuscritos posiblemente se encuentran aún en los archivos de Lima.
Estando en el Cusco en 1572, catequizó a Tupac Amaru, el último inca, condenado a muerte por el virrey Toledo.


 En 1573 fue uno de los fundadores del colegio de La Paz. En 1574 predicó en Arequipa y Potosí, en quechua, y en 1575 en aymara en la zona del lago Titicaca, en Chucuito y en La Paz.

Pedro Sarmiento de Gamboa

Pedro Sarmiento de Gamboa (1532-1592) es una de las figuras más sobresalientes del siglo XVI hispano. Navegante, cosmógrafo, matemático, soldado, historiador y estudioso de las lenguas clásicas, participó en la expedición de Alvaro de Mendaña que descubrió las Islas Salomón, pero su nombre ha quedado unido para siempre al Estrecho de Magallanes, donde viajó en dos ocasiones y fue nombrado gobernador y capitán general de esas tierras. 


De tales viajes y del desgraciado intento de poblar las regiones australes, dejó cumplida constancia en sus escritos y memoriales.

     Los avatares de su vida aventurera están, en ocasiones, difuminados por el tiempo y la falta de documentación, y así no es posible establecer con certeza ni su lugar de nacimiento (¿Alcalá de Henares? ¿Pontevedra?) ni las universidades donde cursó sus estudios.



 Tampoco puede afirmarse con seguridad que participara en las guerras de Flandes o del Milanesado ante de pasar al virreinato de la Nueva España, alrededor del año 1555.


 Un primer altercado con la justicia, le hizó huir al Perú en 1557, donde algunos años después volvería a ser acusado por el Santo Oficio en dos ocasiones.

     A partir de su nombramiento como capitán de una de las naves de expedición de Mendaña (1567), el rastro de su vida puede seguirse con mayor certeza.



 Entra al servicio del Virrey Toledo, participa en la Visita General que éste ordena (1570-1575).

Se desata la guerra contra el inca rebelde Túpac Amaru y Sarmiento participará como alférez y secretario de la expedición.



 Los españoles, comandados por Martín Hurtado de Arbieto, sumaban 250 soldados bien pertrechados con armas y caballos, un escogido número de veteranos capitanes, además de dos mil indios al mando de dos caciques amigos de los españoles que ya les habían apoyado en otras ocasiones, partían desde Cuzco a mediados de abril de 1572.

Después de serios enfrentamientos entre indígenas y españoles, al fin estos vencían y apresaban a Inca Tupac Amarú y a todos sus generales. El 24 de septiembre de 1572 estos eran ahorcados en la plaza de Cuzco y el Inca sería degollado.


Posteriormente realiza sus viajes al Estrecho (1579-1580, 1581-1586), es capturado por corsarios ingleses frente a las Azores cuando volvía a España buscando ayuda para las poblaciones establecidas en el Estrecho, y es trasladado a Londres.


     Tras ser liberado por la reina Isabel, en su camino de vuelta es apresado por hugonotes franceses y permanece tres años en prisión hasta que logra pagar su recate (1590). Regresa, por fin, a España y es recibido por Felipe II en El Escorial.



 Poco después es nombrado Almirante de la armada encargada de escoltar las naves que traen el oro y la plata de América, y en uno de sus barcos moriría en julio de 1592, frente a las costas de Lisboa.

Además de “Historia de los Incas” y Viaje al Estrecho de Magallanes, Sarmiento de Gamboa fue prolífico escritor en informes, memoriales, cartas y otros documentos de los cuales se conservan algunos en diversas instituciones


Blas Valera

Blas Valera Pérez nació en Chachapoyas el 3 de Febrero de 1545. Sus padres fueron el Conquistador Alonso Valera y su madre la indígena Urpai (sucesivamente bautizada Francisca Pérez, muerta cruelmente 10 años después por su esposo).  Su abuelo, el hampicamayoc (curandero) Illahuanca jugó un rol central en su juventud. 
   
Hizo sus primeros estudios en Trujillo y los prosiguió en Lima.
Ingresó como novicio en la Compañía de Jesús en 1568 y fue posteriormente ordenado en el Cusco en 1573.


Dados sus conocimientos de quechua, participó en las misiones que los jesuitas habían establecido en Huarochirí, importante centro prehispánico de culto que a principios del siglo XVII fue escenario de la más intensa campaña de extirpación de idolatrías, llevada a cabo por Francisco de Ávila.


En Cusco, Blas “el mestizo que se sentía indio”  comienza, motivado por los pensamientos de Ignacio de Loyola, a organizar y dirigir un movimiento neo-inca-cristiano.



 Por sus críticas abiertas frente a los abusos cometidos por el régimen colonial hispano, a partir del 1578,  los Jesuitas resultan más y más bajo presión política, siendo amenazados de su expulsión del Virreinato peruano.

En 1597, en la ciudad de Málaga, la superioridad jesuítica le propone lo siguiente: Expulsión de la Orden, o muerte jurídica.


Blas escoge la “muerte” : “yo padre Blas Valera muerto ficticiamente por orden de quien prefirió la mentira a la verdad, de quien con acusaciones no merecidas llegó casi a expulsarme de la Compañía de Jesús…”.


Poco después, el Padre Blas se escapa, vuelve al Perú y vive durante 19 años en la clandestinidad, apoyado por sus paisanos jesuitas, como Gonzalo Ruiz.



 Se han descubierto varios documentos, donde se hace mención de “un vivo muerto”, rebelde,  llamado “Ruiruruna”. Ruiruruna era el nombre del bisabuelo de Blas.

Últimamente han empezado a circular unos supuestos nuevos datos sobre la biografía de Blas Valera.



 Los más controvertidos tienen que ver con la "Nueva Crónica y Buen Gobierno", de Felipe Guaman Poma de Ayala, que sería en seudónimo utilizado por Valera.

Según la estudiosa Laura Laurencich Minelli, existen tres folios con dibujos en la "Historia et Rudimenta Linguae Piruanorum" que llevan la firma de un "jesuita italiano", Blas Valera.



 Según Minelli, estos dibujos fueron trazados antes de 1618, año en que muere este jesuita mestizo en Alcalá de Henares.

Pablo José de Arriaga

Pablo José de Arriaga, Nacido en Vergara (Vizcaya) en 1564, ingresó en la Compañía de Jesús a los 15 años, viajando cinco despuézs al Perú, donde enseñó retórica y se ordenó sacerdote.


 En 1588 se le nombró Rector del Colegio de San Martín, cargo que desempeñó durante 24 años. Igualmente fue Rector del Colegio de Arequipa entre 16212 y 1615.

En 1622, durante su segundo viaje a España, la Armada en la que viajaba padeció una fuerte tormenta cerca de La Habana, que provocó el naufragio de su barco y su propia muerte.


Su obra principal es la "Extirpación de la idolatría en el Perú" (Lima, 1621), una relación extensa acerca de la religión de los incas escrita desde la óptica misional, con un incalculable valor etnohistórico.


Diego de Hojeda

Diego de Hojeda (Sevilla, 1570 - Huánuco de los Caballeros, Perú, 1615). Marchó muy joven a Indias y en 1591 profesó en el convento de dominicos del Rosario de Lima.

En 1596 escribió versos laudatorios para El Arauco domado de Pedro de Oña. Por esos años debió escribir La Cristiada, poema épico que describe la Pasión de Cristo. 



En 1601 el Capítulo General de su orden le da el título de presentado, es decir, licenciado en Teología, y su trabajo es el de lector de Filosofía y regente de estudios (lo que hoy se diría jefe de estudios), así como de profesor de estudiantes.

En 1606 obtiene el título de doctor en Teología. En 1607 escribe la dedicatoria de La Cristiada y al año siguiente es declarado por su Orden consumado lector de Santo Tomás de Aquino, orador sagrado y poeta insigne en latín y castellano.


En 1609 es elegido prior del convento de su Orden en Cuzco y al año siguiente en el del Rosario de Lima; después se le acepta como maestro. En 1611 aparece en Sevilla, su ciudad natal, por Diego Pérez, la primera edición de La Cristiada.


A partir de 1612 es relevado de sus cargos en la orden a causa de desavenencias con sus superiores motivadas por el escrito del visitador; primero fue confinado como simple monje en el convento de Cuzco, y en el mismo año de su muerte en el de Huánuco de los Caballeros, donde falleció. En 1617 es reconocida su inocencia y se le rehabilita públicamente.


Giovanni Anello Oliva

Giovanni Anello Oliva nació en Nápoles en 1574 de acuerdo a los documentos conservados por los jesuitas y reproducidos recientemente en la colección titulada "Monumenta Peruana" (Vol. VI, pp. 250).


 Otros historiadores, incluso eminentes, escriben que nació en 1572, pero se cree que la fecha especificada en los archivos de la Orden es la correcta.

En 1593 comenzó su noviciado con los jesuitas de su ciudad natal y fue recibido por el futuro general de la Orden, Muzio Vitelleschi.


En 1597, cuando aún era estudiante, fue enviado a Perú con un grupo de siete sacerdotes, dos estudiantes y dos hermanos más pequeños y completó sus estudios en Lima en el Colegio Máximo de San Pablo y, en 1601, finalmente fue ordenado sacerdote.


Posteriormente fué enviado en las alturas de los Andes, a la misión de Juli en la región de Chuquito con la delicada tarea de la evangelización de los indígenas locales.



 En 1625 fue en el "Colegio" jesuita de Chuquisaca y en Cochabamba en 1628 y Misque, pero también había estado en La Paz, Potosí, Oruro y Arequipa, siempre poniendo su apostolado en favor de los nativos.

En 1630, finalmente, regresó a Lima donde permaneció por toda la vida. En 1636 fue llamado a dirigir el Colegio "Jesuita y ocupó este cargo hasta su muerte se produjeron 5 de febrero 1642.


Giovanni Anello Oliva, S.J. finalizó su "Historia del Reino y Provincias del Perú y vida de los varones insignes de la Compañía de Jesús" hacia 1630, siendo editada parcialmente a mediados del siglo XIX en Francia.


 En 1895 apareció la primera edición limeña, cuyo manuscrito recogió sólo el primer libro concebido por el P. Oliva, relativo a la historia incaica.

Oliva tuvo varias fuentes de importancia primordial que, en gran parte, refirió explícitamente.

Su favorita es, por su admisión, la que atribuye a un cierto "Cátari", un anciano "quipocamayo" que decía ser el último descendiente de lectores quipu.



 Desde este antiguo savio Oliva recogió muchas de las leyendas dictada y leyendo directamente desde las curda con nudos (quipu) todavía en posesión de “Cátari”.

Otra fuente importante que Oliva fueron seguramente algunos escritos de Blas Valera que, lamentablemente, no nos llegaron.



 El jesuita italiano cita a un vocabolario escrito por Valera y comentó que habría sido depositado en la biblioteca de su congregación, pero probablemente también tuvo acceso a la historia de los Incas escrita en latín por el jesuita mestizo y que ha sido también perdida.


Tuvo acceso también a varios mapas antiguos que le fueron mostradas por Bartolomé de Cervantes, un sacerdote de Charcas y que define muy importantes, pero que no se mencionan en detalle.


 Ciertamente ha consultado también a Garcilaso de la Vega, Agustín de Zárate, López de Gomar, Antonio de Herrera y Cieza de León, así como una serie de publicaciones en poder de su orden religiosa.

Bernabé Cobo
Bernabé Cobo nació en Lobera (Jaén) en 1580, y marchó a las Indias a los dieciséis años. En 1599 se matriculó en el Colegio de San Martín en Lima, ingresando dos años después como novicio en la Compañía de Jesús, que regentaba el Colegio.


 No hizo sus votos hasta el año 1622.
Realizó numerosos viajes: Antillas, Virreinato del Perú, Nueva España y Centroamérica, y en 1653 completó su monumental Historia del Nuevo Mundo, fruto de una constante y minuciosa labor de ocho lustros. 



Sin embargo, esta descomunal obra quedó inédita y en gran parte se perdió. Por fortuna para la historiografía científica se conservó la primera parte: 14 libros sobre la historia natural de aquellos territorios.

Es importante referir que, de la misma forma que la mayor parte de los cronistas de Indias del siglo anterior, el P. Cobo nos cuenta sus propias observaciones, no refiere noticias de otros.


En su obra Historia del Nuevo Mundo hace importantes aportes a las ciencias naturales, especialmente a la botánica.



 Esta obra fue hallada en la Biblioteca de la Iglesia de San Ocacio en Sevilla en 1893 de la cual sólo se ha podido publicar el primer tomo y parte del segundo. El tercer tomo que trata sobre México no ha sido hallado.


 En el primer tomo es de particular relevancia la descripción detallada que hace del sistema de ceques del Cuzco.
Escribió también la Historia de la fundación de Lima


Bibliografia
Relación de las fábulas y ritos de los incas (1576)
En cuanto a la valoración de la crónica de Molina: "nos legó la mejor síntesis sobre la religión andina prehispánica de corte cusqueño. Y aunque es difícil saber hasta qué punto todos los datos recogidos por la "Relación" se refieren a un ritual andino general, o a prácticas ceremoniales incaicas, lo cierto es que ( ) constituye la mejor guía para viajar por el enmarañado mundo de los gestos simbólicos precolombinos"
Fray Martín de Murúa
Historia General de Perú
Pedro Cieza de León
Crónica del Perú
Pedro Sarmiento de Gamboa
Historia de los Incas
Pablo José de Arriaga
"Extirpación de la idolatría en el Perú" (Lima, 1621)
Relación extensa acerca de la religión de los incas escrita desde la óptica misional, con un incalculable valor etnohistórico.
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Biblioteca digital
Para saber más
Reivindicando a Molina, el cronista 
entrevista con Henrique Urbano
La culpa del cronista peruano Blas Valera
por Laura Laurencich Minelli









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